Estudiantes y San Lorenzo le ofrecieron al público un buen arranque del verano. Igualaron 2 a 2 con dos ráfagas de dos tantos en cada una, en el inicio y en el final del partido. Los pibes se mostraron y todos conformes. Hubo unos cuantos minutos de mas pero el balance es positivo.

Primer partido del año, una linda responsabilidad a la que ambos respondieron. Se cuidaron, pero a su vez arriesgaron. Podría decirse que el planteo de los técnicos fue austero, por ser el puntapié inicial queda claro. El cuervo jugó con un decidido 4-4-2 y el pincha ser manejó con un 4-4-1-1 bien delineado, ya que nadie acompañaba a Salgueiro en ataque (en el segundo tiempo entraría Boselli y quedaría con el mismo sistema que el Ciclón). Asi y todo, el juego tuvo un arranque muy prometedor, con mucho ritmo por los costados y con algunos lujos muy productivos. A las tres vueltas de la aguja del reloj, se daba el 1 a 0 con un enorme anticipo de Juan Manuel Díaz (ya estaría preparando su bolso para partir hacia Núñez, para ser nuevo jugador de River) en el primer palo dejando sin posibilidades a Campagnuolo, de regreso al arco del Matador de Boedo. Pero tan sólo dos minutos más tarde, fue el momento en que Romeo lanzó casi desde la línea de fondo un centro atrás que derivó en el número 5 debutante, Bertocchi, que le dio como venía desde la puerta del área. La bocha iba al primer vertical, pero se desvió en el camino en Papu Gómez y quedó colocada en el segundo. Era el empate en sólo un abrir y cerrar de ojos. A partir de allí, a San Lorenzo le costó mucho llegar, demasiado. Para el equipo de Sabella fue más simple, aunque encontró en Campagnuolo a la gran figura de la noche, tapando tres mano a mano sensacionales y sin responsabilidad en los goles del equipo platense.

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