6 de septiembre de 2017

Nos cuesta un Perú

La Selección Argentina: contra las cuerdas. Los recambios no han podido plasmar en cancha lo que necesitábamos. Falta de gol y temor a que Rusia se mire por TV. 

⚽ 📝  Por Leandro Scaviolo 
Y aquí estamos. Cambiando entrenadores, cambiando nombres. Pero él sigue ahí, sumergido en la confusión colectiva aportando una lucidez digna de su figura. Claro, hablo de Messi.

Nadie hubiera imaginado este escenario adverso. Sin embargo, nuestra realidad no se aleja de lo que se está atravesando futbolísticamente. La contaminación de las finales perdidas aún no se ha ido de las mentes más brillantes que ha tenido esta Selección.

Los "aclamados por la gente" no han podido marcar la diferencia. Claro que son dos partidos, por supuesto que no hubo tiempo de trabajo. Ojalá los Acuña, Acosta, Icardi, Dybala y demás jugadores que forman parte del nuevo séquito creativo y goleador, sean más lúcidos en las siguientes presentaciones y puedan volcar en cancha todo lo que presumen y demostraron en sus equipos.

El 10 ha mostrado personalidad para cargarse esta situación. Participativo, generador, inteligente, hábil, siempre marcó el camino. Cuando los minutos transcurrieron y nos acercamos al desenlace de los dos partidos, se fue apagando, casi como nuestra ilusión mundialista, que está en serio riesgo.

¿Qué queda? El mejor Perú de la eliminatoria de la mano de Ricardo Gareca, sumando en terrenos difíciles y pasando la línea de puntos albiceleste, en zona de Mundial de Rusia. Ecuador, en caída libre pero aún con chances de meterse en la Copa del Mundo.





Messi, nuestra bandera, nuestro líder. No me vengan con la gansada de que tiene que ser un feo que pegue patadas el líder. Lionel es nuestro abanderado por su juego, su sapiencia con la pelota, su amistad interminable con ella y por lo que genera. El Monumental ayer le rindió tributo -justificado y totalmente acertado- por su actuación, poniéndolo por encima de los terrestres que jugaron, como su historia manda.

Va a ser durísimo esto. La dramática lluvia con los peruanos hace ocho años (Sudáfrica 2010) y ése mítico gol de Martín Palermo nos hace pensar en un escenario muy similar, incluso peor por el rendimiento peruano de los últimos encuentros.



Somos un fiel reflejo de lo que sucede como nación: Tememos, tenemos INSEGURIDAD, necesitamos de jugadores con la EDUCACIÓN futbolística suficiente para acompañar a Messi. Nos corre riesgo la SALUD mental de aquí en adelante. Nos invade una GRIETA entre los que no están, los que ahora están y los que pueden venir a jugar. Queremos JUSTICIA pero no aceptamos nuestra culpabilidad como proyecto truncado una y otra vez. El exitismo nos nubla el horizonte. Y así, NI EL MEJOR PUEDE.

Vamos Argentina, por lo que fuimos, por lo que somos -aunque nos pese- y por lo que seremos. Rusia nos espera, y yo aún creo en los milagros, más si el 10 la tiene entre los pies.