5 de noviembre de 2009

"La noche del 3"

Un Mineirao rebalzado de público despidió con amor, emoción y aplausos a un grande de nuestro fútbol, Juan Pablo Sorín. Juampi organizó un match entre el Cruzeiro, club donde terminó su carrera siendo ídolo indiscutido y Argentinos Juniors de la Argentina, la institución donde hizo los primeros piques por la banda izquierda.


Los goles y las declaraciones de Juampi en un canal deportivo de Brasil.


64000 hinchas se hicieron presentes en una despedida que no se va a borrar nunca de la retina de cada uno de los que participaron desde las tribunas, como tampoco la olvidará el mejor número 3 de la historia de la Selección Argentina. Enorme sacrificio defensivo, fantástico despliegue y gol, lo más increíble de todo. Todos se acuerdan del empate sobre la hora del Juampi por las eliminatorias hace varios años atrás ante Bolivia en la altura, llegando por el segundo palo. Anoche no tuvo la suerte de convertir a pesar de que jugó más de delantero que de lateral por la franja zurda, pero su Cruzeiro le ganó a su Argentinos por 2 a 1 con tantos de Bernardo para los brasileros y de Santibañez para el Bicho colorado. Luego de completar los 90 minutos con amigos, le fue duro a Juampi caer en la conclusión de que no estaba en la retirada de otro sino que él era el gran protagonista de esta hermosa película que hizo a través de los años con su exitosa carrera. ¿Qué mas puede pedir Sorín? Se inició en el fútbol, argentino, ganó campeonatos con River, entre ellos la Libertadores del 96. Fue al Cruzeiro, también pudo dar la vuelta y enamoró a nuestros archi-enemigos sudamericanos con una entrega notable. Visitó Europa donde fue partícipe de grandes clubes del Mundo y supo defender de la misma manera su puesto. También dio la vuelta por el Viejo continente. No se puede pedir más, quizás lo único que le podemos reprochar a Juampi es que tendría que seguir jugando diez años más. Sin embargo, el decidió retirarse en plenitud física y está bien que así sea. Un hombre que dio alegrías por donde pisó y se puso una casaca de fútbol, un 3 que aparecía de 9 y no te perdonaba. Sacrificio, humildad, talento y mucho pero mucho de lo que hay que tener para ser el 3 de la selección indiscutido por largos años. Por todo eso la gente llenó el Mineirao, por todo eso Juan Pablo Sorín la gente te dice gracias y te aplaude...

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