13 de agosto de 2009

El Caballito de batalla

Congestión nasal. Dolores recurrentes en su espalda durante todo el partido. Nada de eso frena el galope de Juan Martín Del Potro. Se alzó una victoria accesible en los papeles ante Hanescu, pero que fue más dura de lo previsto. Porque el rumano se quería vestir de verdugo, empezando a presionar en los golpes del Gigante de Tandil, que se mostraba fastidioso por su malestar físico y por no poder desplegar su juego al 100%. Por eso el europeo se llevaba la primera manga por 6-3. Y en la segunda, todo se daba para que Victor terminara de sellar una de las mejores victorias de su carrera, ya que iniciaba el set con un 3-1 a favor, quebrando el servicio del argentino. Ahí estuvo el click del encuentro. Delpo se hace atender por el "trainer" que lo masajea en su espalda y le cambia un poco la cara a su tenis. Logró recuperar el saque perdido, rompiendo el del rumano e igualando la historia en 3. Las molestias quedaron de lado, el tenis empezó a resurgir de lo más profundo del chico Top Ten. Y quebraba una vez más, y cerró la segunda manga por 6-3, con la misma moneda. Y el tercero iba a ser a pura lucha, tratando de sobreponerse a los dolores y que el juego pase por encima a cualquier molestia del cuerpo. Y lo fue llevando de a poco, a fuego lento, para saborear un nuevo triunfo en el cemento canadiense que le sienta muy bien al tandilense. 6-4 para él, el grito de furia, se persigna, saluda y celebra Juan que se mete entre los mejores del Masters 1000 de Montreal y se prepara para lo que puede venir, Rafael Nadal. 9 aces, 34 winners y 37 errores no forzados bastaron para adjudicarse una victoria sufrida en lo físico, en lo tenístico y en lo emotivo. Delpo sigue adelante, galopando con todas sus fuerzas para llevar la bandera argentina siempre lo más alto posible.

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