"SOY LEYENDA"

La imágen habla por si sola...

El domingo 7 de junio será recordado por los amantes del tenis, ya que en "la Cuidad Luz", más que la luz se hizo la historia, porque Roger Federer logró su 14º título de los denominados grandes y completo su propio "GRAND SLAM" ganando los cuatro torneos majors. El destino estaba marcado, no tenía que ser ni en Wimbledon como muchos decían o en Australia a principio de año cuando cayó con Nadal, tenía que ser en París. Las lágrimas de Federer ese día, tras perder esa final, demostraron que es humano y el llanto de hoy, cual chico sin su chupete, significo que el número dos del planeta había hecho historia. Todo sucedió en el lugar donde Roger nunca había podido ganar y en ese mismo lugar la gente lo aprecia como si fuera un francés. Ese mismo público lo levantó anímicamente ante Acasuso, Hass y del Potro. Ese mismo público festejó con él, la obtención de la "Copa de los Mosqueteros". Pero nos metemos en los pormenores del match. En el primer set el suizo comenzó imparable. Empezó quebrándole el saque a Soderling, que estuvo muy errático y rápidamente la primera manga quedó para Roger por 6-1. En el segundo set las cosas se emparejaron, porque el sueco mejoro su puntería y comenzó a meter lo que había fallado al principio. Hasta que ocurrió un hecho inédito porque apareció Jimmy Jump, que nuevamente volvió a entrar a un evento deportivo, esta vez le quiso poner una gorra catalán al suizo en la cabeza. Fue un momento de incertidumbre en el estadio. Se vino a la cabeza de muchos el recuerdo de Mónica Seles, a la cual le habían clavado un cuchillo debajo del omóplato en el año 1993. Pero por suerte nada de esto paso, porque rápidamente actuaron para interceptar al intruso y detenerlo. Pero sigamos con el partido. El segundo set iba a llegar saque a saque hasta el tie break. Ahí el nacido en Basilea iba a tener una gran actuación y se lo llevó por 7-1. Sólo faltaba un capitulo para lograr la gloria. El tercer set comenzaba y Roger cada vez veía más cerca la posibilidad de llegar a su objetivo. Le rompía el servicio a Robin y se encaminaba hacía la copa, al ponerse 2-0 arriba en el tanteador. Con el quiebre siempre a su favor llegaron al 5-4 y sacando Rogerio para ganar el título. Con muchos nervios por la posibilidad que tenía en sus manos y raqueta, Roger salvó un break point y en su primer punto para partido definió el match. La derecha de Soderling quedó en la red y el suizo toco el cielo con las manos y el polvo con sus rodillas tras tirarse al ladrillo dominado por sus lágrimas y emociones. ¡Señores!. Disfruten que la historia esta viva y va por más. La leyenda del tenis sigue adelante batiendo récords y demoliendo obstáculos. Ya no hay que dudarlo más, el hijo del número dos del planeta, que todavia no nació, sin ningún lugar a dudas vino con el pan bajo el brazo, o mejor dicho, con Roland Garros.