La segunda semifinal del segundo Grand Slam del año no quiso desentonar con la primera.
De un lado un argentino, del otro un suizo que juega mas o menos.
Es importante decir que en el séptimo game del 5º set Juan Martín del Potro terminó con sus ilusiones. ¿Por qué? Porque venía de levantar un 3 a 2 quebrándole el saque al suizo y sacando para 4 a 3. Ahí podría decirse que el partido y la final empezó a irse, porque Roger Federer quebró el servicio del Gigante y se encaminó para llevarse el encuentro. Un partido entre dos tipos que se conocen, que tienen una linda relación en el Circuito Profesional, pero que a la hora de los bifes no hay nada que los una. Los parciales para la victoria del suizo fueron 3-6, 7-6(2), 2-6, 6-1 y 6-4. Una victoria que el número dos del Plantea tuvo que trabajar junto a la ayuda del 90% de la Philippe Chatrier que coreaba a su favor. Juan Martín demostró un tenis solidísimo en varios pasajes del juego, sobre todo en las dos mangas que se llevó con mucha autoridad. A partir del cuarto set jugaron varios factores. El primero de ellos es la poca experiencia del argentino en competencias de Grand Slam, Federer está muy acostumbrado a dos semanas de competencia, además de que la Torre disputó muy pocos partidos a cinco sets. El segundo punto a destacar es que Roger empezó a encontrar en del Potro esas debilidades que hacen e hicieron que el historial esté a favor del suizo por 6 a 0, las pelotas a los pies del argentino, a contrapierna y los drop shots. Y el tercero la pérdida de la efectividad del primer saque de Juan Martín con respecto a los tres primeros parciales. Federer supo dar vuelta un partido notable porque tenista que duerme con Roger se queda afuera, dicho y hecho. Adiós Juan, de excelente Roland Garros, con lágrimas en los ojos se fue pero con la sensación de que dejó todo para lograr el objetivo, y a veces eso contra el animal de Federer no alcanza.
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