25 de marzo de 2010

¡MEDELeité!

Superclásico del fútbol argentino, 10º fecha: Boca 2 - 0 River

Eso puede pensar el Chueco Alves pero Gary fue el autor de los dos goles, para que Boca se quede con la 186º edición del superclásico en la Bombonera. Con Diego Maradona en los palcos, la gente coreó para Riquelme "la Selección". Boca fue más en todas las líneas y se defendió con diez sobre el final por la roja al chileno, que debió irse antes por colgarse del alambrado en el primer gol.

 Gary celebra el primero, luego terminaría el golazo que fue el segundo, 
pero después vería la roja.

Cuánta confianza le dio Alves a Muñoz como un improvisado 4 en la primera de Boca (ya había realizado esa función en las inferiores). Cuanta fe le tuvo a Matías Giménez, teniendo otras variantes como Chávez e Insúa. Cuánta energía positiva le habrá dado el DT a esos dos extranjeros, uno que debutaba, en la zaga central para devorarse a los dos 9 de River. Por allí lo fue ganando Boca, desde la confianza, desde el convencimiento, desde lo psicológico para torcer un torneo muy esquivo hasta este partido que, parece marcar el punto de partida de otro equipo distinto. El planteo millonario era claro, la sociedad de Rojas y Gallardo, los dos tanques de área moviéndose por todo el frente de ataque, y en la recuperación contar con Ahumada y un Almeyda tirado a la derecha. La sociedad no prosperó, la dupla de delanteros no fue efectiva y tuvo sus chances, y queda claro que a los dos 5 de este equipo no les fue bien porque ambos terminaron con amarillas y sin poder frenar a un Riquelme en plenitud. El partido se demoró hasta las 16.00 por una intensa lluvia de papeles y serpentinas arrojadas por los locales. En ese momento llegó Maradona, unos minutos más tarde si el partido hubiera comenzado a horario. La gente cantó y mucho por Román, saludo a Maradona, pero eligió al hombre que hoy viste la casaca azul y oro. Estuvo muy activo el 10 del conjunto del Chueco, porque se volcó a la derecha en el inicio, intercambiando a la izquierda luego con Gaitán y apareciendo siempre a las espaldas de los dos mediocampistas de contención de River y casi en la posición de los laterales de la visita. El 11 de Leo Astrada buscaba cuidarla con los tanques de área y generaba hacer salir a los centrales. Poco inquietó igualmente esa idea de los hombres de La Banda. La primera pelota quieta de Boca, a los 13 minutos, indicando algo ese número en el arco de River de cara a la Doce. Román se disponía a ejecutarlo cerca del vértice izquierdo del área. Todos pensaron que iba al arco y el Xeneize sorprendió. Pelota por bajo de Riquelme que pasó por entre medio de los pies de la barrera, una bocha suave que Medel entrando por el medio, definió al primer palo (habilitado en la misma línea) punteándola antes que Daniel Vega la retuviera. Explosión en los corazones, claro que sí, porque se ponía en ventaja el local, mostraba que era el favorito según el propio número 10 Xeneize, y que ya inclinaba el marcador.
Boca fue administrando la pelota con criterio, fue ordenado atrás. El único error defensivo importante de el cuarteto lo hizo Ezequiel Muñoz, quedando muy enganchado para habilitar una pelota en cortada a Funes Mori, que se fue solo cara a cara con García. El arquero lo esperó, definió por bajo y contuvo. Eso y un tiro libre de Gallardo, por encima del larguero, tan temido por la gente del local, fue lo más relevante que mostró en ofensiva la visita.

Es primera parte; que duró 43 minutos, por los 40 que se debían jugar más los tres de adición de la Coneja Baldassi por el parate que realizó el domingo para limpiar la cancha plagada de serpentinas; mostró muy concentrado al local, buscando cada pelota como la última y haciéndole a cada jugador del Millonario un 2-1 y hasta un 3-1 en la marca, para evitar cualquier aproximación. Los hombres de Astrada en cambio, carecieron de juego colectivo y de peso en el ataque, a pesar de haber tenido algunas chances netas en la segunda parte.

Un segundo perído que tenía que durar 39 minutos, arrancó con un Boca que nuevamente fue agresivo, incisivo y preciso en la entrega de la pelota. Riquelme haciéndose eje de las acciones individuales y grupales, buscándolo con mucha perseverancia a Martín, para que concretase su gol número 219 y sea el goleador histórico del club en todas las eras hasta el día de la fecha. Cuidó la pelota y buscó con mucha decisión el arco de River en los primeros minutos. Avisaba Palermo, a la primera vuelta del reloj, pero justo fue cerrado su remate y enviado al corner. A los tres, la inicia Román abriendola para la escalada de Monzón que llegó al fondo (con caño a Ferrari incluído) mandó el centro atrás, Gaitán la dejó correr por entre sus piernas para Palermo, el Titán estaba muy adelante y retrocedió, pero de frente en la puerta del área llego el chileno y de tres dedos con la diestra la puso al primer palo de Vega con un soberbio impacto. 2-0 para Boca, locura en toda la cancha (menos la tercer bandeja colmada por los fanas del visitante), y parecía abrochar la historia casi desde el vestuario.

Luego, el equipo de Alves se dedicó a prestarle la iniciativa a River y aprovechar algún contragolpe posible para terminar de una vez con el encuentro. El Millonario tuvo poca reacción. Tuvo la pelota, tuvo el tiempo para distribuirla pero no pudo vulnerar a una defensa que estuvo como nunca en todo el torneo. Lo arremetió con lo que pudo, y en el restante yerro de la defensa, River tuvo el descuento a través del mendocino Funes Mori, pero Luiz Alberto, que lo había dejado entrar libre por seguir el centro pasado con la vista, la consiguió envíar al tiro de esquina evitando el destino de arco que traía la pelota. Un cabezazo de Canales cerquita del primer palo donde cubría Gary Medel fue todo lo que hicieron en ofensiva los muchachos de Leo Astrada. Boca, como dijimos, se quedó para la contra y más aún con la expulsión de Medel (que se debió ir antes, en el primer gol cuando se subió al alambrado, teniendo ya la tarjeta amarilla), luego de una fuerte entrada a Almeyda. Así y todo, con un hombre de menos, el Pochi Chávez la tiró al ladito del palo en la puerta de la zona de peligro. River intentó con un tiro de lejos de Gallardo (de lo mejor de la visita sin ser preciso en la ofensiva, pero fue el que más juego le dio al chato equipo) que exigió a García (muy seguro en cada balón que debió intervenir), tirándola por arriba del horizontal al córner. Se fueron diluyendo las chances de remontada de la visita, fue creciendo Riquelme en el pivoteó de la pelota, generando faltas a favor y siendo muy movedizo por toda la cancha tras la salida de Gaitán para acompañar al eterno goleador.
El "CHAU RIBER" en la popular local, postal del clásico, saludando a la gente visitante y a un River que queda comprometido para la próxima temporada, salvo que realice un final de campeonato a pura orquesta, realmente dudoso por este durísimo golpe para todo el plantel. Los aires se renuevan en el Xeneize, que dio una buena muestra de que puede resurgir del bajón anímico y futbolístico y que jugando bien, las cosas pueden cambiar.

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