24 de junio de 2010

Diego y sus apóstoles

"El Jesús del fútbol"

Cuando las críticas caían con todo el peso hacia sus espaldas. Cuando cargaba la posible crucificación por no conseguir en los partidos con Perú y Uruguay (donde aparecieron el interminable Palermo bajo la torrencial lluvia y el talentoso 5 Mario Bolatti en Motevideo) dos resultados que los depositen en Sudáfrica 2010. Maradona tranrformó los cuestionamientos destructivos y constructivos a su favor, a favor del técnico que se va formando con el correr de los meses. Toda esa carga que se vio evacuada con el entredicho con un periodista que tuvo una visión muy distinta a la de Diego, en la conferencia post partido ante los uruguayos, pareció terminar de expulsar esa tremendo hostigamiento que sentía el hombre a cargo del seleccionado nacional. Y a partir de ese pase tranquilizador al mundial de Sudáfrica, el DT empezó a barajar los nombres que serían los protagonistas del sueño por la Copa del Mundo. Y allí danzaron en su cabeza, más de 100 nombres. probó de todo, en amistosos para muchos intrascendentes y claves, como el 1 a 0 en Münich ante los alemanes. Y de esa ensalada de apellidos sólo salieron 23.

Esos 23 son los que hoy están participando en esta Copa. Bajo un manto de piedad y mesura, el equipo se fue entrenando en el complejo de Pretoria sin necesidad de mostrar lo que se hacía en cada jornada ante los medios. Los otros dos técnicos, Mancuso y Enrique, terminan transformándose en la columna vertebral y el talón de Aquiles de un Diego cada día más entrenador. Con mayor coherencia, con lucidez futbolística con sus años mozos. Con la transmisión que le sale por los poros, que le brinda a cada jugador el afecto necesario para que se sienta cuidado y bancado a muerte, porque él los eligió para esto. Se dio el primer paso del debut ante Nigeria, con 1 a 0 contundente en todos los aspectos, porque la Albiceleste pateó 20 veces al arco, sólo falló en la efectividad. En el segundo compromiso, se vio la mejor cara ante el equipo mas respetable del grupo, los coreanos. Allí la abultada y cómoda goleada 4 a 1 mostró la mejor versión del conjunto nacional en el ataque. Y por último, el paciente encuentro contra los griegos. Donde la Argentina se basó en la tranquilidad y la búsqueda constante, casi sin resultado hasta los minutos finales, por una enorme tarea de Tzorvas, el uno del elenco europeo.

"El recambio da buenos resultados"

Los tres pasos del grupo B se dieron pisando fuerte y finalizando primeros en el cuarteto similar al del mundial 1994. Y en esos tres enfrentamientos, el banco de suplentes fue clave para que el resultado se mantuviera, se abriera o se terminara de definir. En el match del debut, fueron los ingresos de Burdisso, Maxi Rodríguez y Milito que le dieron un nuevo esquema táctico al equipo y la tranquilidad en la línea de fondo. En el encuentro con los coreanos, fueron Burdisso, Bolatti y Agüero. El hombre de la Roma le dio tranquilidad al equipo desde la salida con pelota dominada y motivó a Demichelis para que no se cayera en el rendimiento tras su yerro que permitió el descuento coreano. Mario repartió el balón en los pocos minutos que estuvo en cancha. Y el Kun fue una pesadilla con su verticalidad que generó uno de los restantes dos tantos de la goleada. Por último ante los griegos, debutaron en total 5 jugadores con los primeros minutos en cancha. Hubo varios más que debutaron como titulares pero ya habían tenido un pequeño ruedo en los duelos antecesores. Los relevos de Palermo, Pastore y Di María le dieron un dinamismo al ataque argentino que no se habí podido conseguir en los 75 minutos previos. Javier ser hizo dueño y señor del medio, Di María acompañó con criterio desde la izquierda y Palermo (que ya es una leyenda viviente, que no tiene que demostrar nada más y que casi todo en su vida está hecho) se disfrazó con el mejor traje, el de artillero y definió con la de palo y con enorme categoría al segundo poste para el 2 a 0 final y hacer explotar a todo un país, incluidos sus padres, su hermano y su hijo Ryduan en la tribuna del Peter Mokaba, con lágrimas en los ojos y orgullosos del Titán. Como para no estarlo.

"La ducha más importante de su vida"

Y todo esto mencionado, absolutamente todo, es acierto de Maradona. Un Diego que se pegó la ducha de humildad más importante de su vida, donde paró la pelota y se dio cuenta para que camino ir. Sabe de sus jugadores y confía ciegamente en su equipo. Se debe romper la cabeza para ver a quién saca y no a quién pone. Está claro que Maradona no había tenido experiencias provechosas como DT, en cualquier nivel. Pero la selección es su mundo, y así le vaya mal, él es el primero que por símbolo nacional merecía la oportunidad. Rodeándose de gente amiga, de hombres que saben de este mundo de la Jabulani y que lo aconsejan constantemente, Mancuso y Enrique, tienen el lugar de privilegio que muchos querrían poseer. Los dos nombres que eligió Diego después de tanta revolución en esos cargos, hoy van abrazados al sueño de la Copa del Mundo, cada día más cercana.

Diego Armando es el hombre, que ya está más allá del bien y del mal, que más alegrías le ha dado al pueblo argentino desde su espacio futbolístico. Con su magia única que supo mostrar en diferentes circunstancias mundialistas, que tiene la sabiduría de pocos y que proyecta con Messi a la cabeza, como estandarte del legado que él quiere dejar plasmado en cancha, la posibilidad de concretar la gloria también como entrenador, algo que sería el broche de oro de su épica vida como personaje enorme del balonpié.
Y para eso eligió 23 apóstoles, esos que defienden a capa y espada cada pelota dividida, que se encargan de matarse en los entrenamientos para hacerle cada vez más difícil la labor a este hombre que crece en cada paso que da en este mundial, que madura al hablar, que se mide en cada palabra, que utiliza los conceptos necesarios para ser claro y preciso ante cada pregunta. Maradona lúcido, es el mejor regalo que nos puede dar, y que se puede dar a él mismo. Sea cual sea el resultado final de esta aventura sudafricana de estos tremendos jugadores y sus DT, nada debe decirse, porque si no se llega a completar el sueño, nadie podrá negar la calidad de futbolistas que hay y el símbolo histórico que se hizo cargo en el peor momento de la selección durante las eliminatorias.
El domingo, 11 de esos 23 imponentes futbolistas que tomó Maradona, saldrán al Soccer City a las 15.30 de nuestro país para verse las caras con México en un nuevo episodio de la Copa del Mundo de octavos de final. Son capaces de todo para lograr ese objetivo que hace 24 años se espera y que toda la numerología corre a favor. Pero tienen bien en claro que se hace de todo por ese sueño, pero la pelota, la pelota no se mancha.

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