Por ahí entró Andy Roddick a la final del tercer Grand Slam del año. Todo estaba dado para que el otro Andy, entre por la puerta grande hacía la gran final, vaya por el título ante Federer y por el numero 1 del mundo. Pero apareció un fantasma llamado Roddick y lo venció en una de las semifinales de Wimbledon. Los parciales entre los Andy´s fueron: 6-4, 4-6, 7-6(7) y 7-6(5) en tres horas y siete minutos. Pero empecemos a desmenuzar el match. El primer set fue, al igual que todo el partido, muy parejo llegaron hasta el 5-4 con el saque de Murray. En ese instante Roddick aprovecho y en la única oportunidad de quiebre se quedó con el primer set. En el segundo el escocés salió con todo y quebrando en el arranque del parcial se llevó la manga con un tenis muy sólido. En el set que iba a decidir quien se quedaba con la ventaja momentánea, el nacido en Nebraska le rompió el saque al numero tres y sacó para set en el 5-3, pero el local quebró y estiró el sufrimiento hasta llegar al tie break. Cuando parecía que esa definición iba a ser un golpe anímico positivo muy fuerte para el nacido en Dunblane se hizo presente en la cancha la fortaleza mental del seis del planeta llevándose por 9-7 la "definición corta" como se suele decir. Con dos sets a uno a favor del finalista en 2004 y 2005 el cuarto parcial podía ser el decisivo. Por eso la gente comenzó a alentar a más no poder a su jugador. Esa manga tuvo todos los condimentos que puede tener un encuentro de esta magnitud. La gente estaba en la punta de sus asientos con sensaciones encontradas de incertidumbre, emoción, disfrute y miedo que Murray no siga en el torneo. Los dos "caballeros" se apoyaron en sus servicios para encontrar seguridad en su juego de base. Tanta confianza encontraron en ese golpe que llegaron a un nuevo tie break. Tenga en cuenta que si en el anterior se sufrió este iba a ser todo un parto para los presentes. "A. Rod" se ubicó
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