Gimnasia tuvo la suerte de su lado. En un partido en el que iba 2 a 0 abajo, con un total dominio de River en el Monumental, sacó de donde no tenía la actitud para empatarlo 2 a 2. Los del Millonario fueron marcados por Villalva y Buonanotte, mientras que para el Lobo platense Ormeño y el chiquitín Cuevas, este último amargando la tarde de los enanos de River, catapultaron al equipo de Madelón para llevarse un buen punto de Núñez. Un detalle: Volvieron los insultos a Pipo y sus jugadores, eso no tem fin.
River no se levanta más de la pesadilla que vive en este apertura. Hoy estuvo a punto de despertarse. Porque arrancó con la pelota en los pies, sin Ortega, pero con Diego Buonanotte como herramienta fundamental para que el Millonario empiece a ajustar los tornillos y ate los cabos sueltos y vuelva a ser el que fue, o por lo menos a jugar bien. Todavía tenía cerradas las redes de Sessa, que de a poco se irían abriendo para que el hincha de River por primera vez en el año sienta que su entrada no fue en vano, que valió la pena ver le fútbol del equipo de Gorosito. A los 42 de la parte inicial, la pelota circula en los pies de Archubi, que mete pase profundo en la puerta del área para Buonanotte, que enseguida, a un toque descarga con el Keko Villalva para que el más petiso de todos defina por encima del Gato. Se abría la cuenta para el Millonario, se abrían las gargantas para desahogarse en cada platea, para gritar a los 4 vientos un gol que aliviaba tensiones.
En el inicio de los 45 finales, otro grito desaforado de más de un plateísta, de más de uno de una popular alta o baja, de más de una persona en su casa o en el bar. Mala salida de Teté González en la puerta del área propia con la marca del Enano encima, Buonanotte la robó se metió entre dos en a zona peligrosa, se perfiló para su zurda y con la cara interna la abrió al segundo palo en un golazo de River. Otros aires parecían llegar a las tierras de Núñez, ya se sentía un respirar distinto, mayor serenidad en las tribunas, más relajado todo River.
Esa relajación la terminó pagando carísima. 28 minutos marcaba el cronómetro cuando Ormeño, en una corajeada individual, clavó un derechazo desde 30 metros para que nada pueda hacer Navarro y descontar. Allí se abrió el encuentro. El que se despertó fue el Lobo feroz que empezó a atacar y atacar y se la jugó el todo por el todo al empate, y se exponía lógicamente a los contragolpes del local. Pero nada de eso importo en la mentalidad de los jugadores de Gimnasia, que llegaron a la igualdad a los 42, por intermedio de un verdadero golazo para colgar en un cuadrito, quizás el mejor de la fecha, dejando de lado a la chilena espectacular de cristaldo y a la tijera monstruosa de Bordagaray. Hablando de guapeza, apareció Juan Cuevas, ese que siempre le saca las papas del fuego al Lobo. Arrancó dejando uno en el suelo, luego superó otra marca y entrando al área entre dos sacó el zurdazo que se clavó en el segundo palo de Nico Navarro. Impresionante jugada del 7 que explotó su jerarquía para capitalizar un gol de novela y llevarse un punto del Monumental. Sobre el final quedó para la anécdota la jugadaa que malobra Gustavo Bou en un centro desde la derecha que define 5 metros por encima del horizontal para que la lluvia, esta veez de insultos, se haga presente.
Pipo y sus dirigidos salen de una pesadilla y se meten en otra. Los cachetean sin contemplación y la gente repudia todo esto. Y ahora ¿Quién podrá defenderlos?
En el inicio de los 45 finales, otro grito desaforado de más de un plateísta, de más de uno de una popular alta o baja, de más de una persona en su casa o en el bar. Mala salida de Teté González en la puerta del área propia con la marca del Enano encima, Buonanotte la robó se metió entre dos en a zona peligrosa, se perfiló para su zurda y con la cara interna la abrió al segundo palo en un golazo de River. Otros aires parecían llegar a las tierras de Núñez, ya se sentía un respirar distinto, mayor serenidad en las tribunas, más relajado todo River.
Esa relajación la terminó pagando carísima. 28 minutos marcaba el cronómetro cuando Ormeño, en una corajeada individual, clavó un derechazo desde 30 metros para que nada pueda hacer Navarro y descontar. Allí se abrió el encuentro. El que se despertó fue el Lobo feroz que empezó a atacar y atacar y se la jugó el todo por el todo al empate, y se exponía lógicamente a los contragolpes del local. Pero nada de eso importo en la mentalidad de los jugadores de Gimnasia, que llegaron a la igualdad a los 42, por intermedio de un verdadero golazo para colgar en un cuadrito, quizás el mejor de la fecha, dejando de lado a la chilena espectacular de cristaldo y a la tijera monstruosa de Bordagaray. Hablando de guapeza, apareció Juan Cuevas, ese que siempre le saca las papas del fuego al Lobo. Arrancó dejando uno en el suelo, luego superó otra marca y entrando al área entre dos sacó el zurdazo que se clavó en el segundo palo de Nico Navarro. Impresionante jugada del 7 que explotó su jerarquía para capitalizar un gol de novela y llevarse un punto del Monumental. Sobre el final quedó para la anécdota la jugadaa que malobra Gustavo Bou en un centro desde la derecha que define 5 metros por encima del horizontal para que la lluvia, esta veez de insultos, se haga presente.
Pipo y sus dirigidos salen de una pesadilla y se meten en otra. Los cachetean sin contemplación y la gente repudia todo esto. Y ahora ¿Quién podrá defenderlos?
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