"Por una cabeza", uno de los tangos emblemáticos de la Argentina estuvo ayer en la Bombonera modificándole una de esas tres palabras: "por una mano", Boca se puso 1 a 0 arriba ante la Lepra en la segunda mitad. Basile recurría a lo que le había quedado tras las numerosas convocatorias para sus players a los diferentes seleccionados para disputar las eliminatorias, por eso Rosada con la 19 en sus espaldas, fue el único encargado de solucionar las dificultades y los ataques que pasaban por el mediocampo, Viatri ocupaba la plaza que dejó Palermo, Sauro pero conformaba la zaga central junto a Paletta, Monzón se encargaba de que no extrañen a Morel y por último Adrián Gunino, el uruguayo, pudo debutar por una contractura que sufrió Ibarra a los 20 de la primera parte. Riquelme, Marino e Insúa fue la apuesta del Coco para intentar darle un buen fútbol y un control del balón que el Xeneize nunca logró. En cambio, el equipo de Boquita Sensini, puso las fichas en un cuarteto de volantes más Formica de enlace para asociarse con el 9 Núñez, y le funcionó a la perfección porque la Lepra supo manejar la pelota y encontrar los huecos en esa línea de volantes mentirosa que plantó el DT del local. Y en el segundo llegaron las emociones y polémicas del encuentro, porque tras un
centro de Luciano Fabián Monzón, Marino luchó entre dos defensores del visitante y elevó su mano por encima de su cabeza, lo que provocó que roce la pelota y que más de uno la viera con claridad, pero ni Pompei ni su asistente la observaron. Y a partir de esa intervención de Marino, Viatri desde atrás se encontró con panorama de gol y remató para que la bocha traspase la línea de fondo por entre medio de los pies de Sebas Peratta. El 1 del rojinegro estaba enfurecido con el asistente, y debió ser expulsado por exceso verbal. Pero una mano lava la otra y el Pato se encargó de hacer justicia sin querer queriendo. Porque luego de un error del lateral izquierdo xeneize generó que el centro desde la derecha de Newell´s se desvíe en Luciano y desconcierte al Pato en su salida hacia el encuentro con la número 5, el rebote quedó corto para que Cristian Sánchez Prette intentara una chilena que no fue efectiva. La bocha derivó hacia el costado opuesto del área donde Vangioni la clavó con una buena media vuelta de zurda para empardar la historia. Poco de Boca para ganar el partido, con un Román disminuido en lo físico, un Insúa perdido en el juego y un Marino que alternó alguna que otra situación en sus pies. La Lepra hizo bien las cosas, le faltó más conexión con el único delantero que presentó en los 11 inicial, justamente un ex Boca (Unidos). Sensini, dirigido en el Mundial 94 por el Coco, se fue conforme tras plantarse muy bien en la Bombonera y llevarse un premio para Rosario.
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