En el primer minuto del partido había gestado una gran jugada por la izquierda y Peratta tuvo que lucirse cuando recién se acomodaba en su valla, ese fue James Rodríguez. Ese tipo encendido desde el pitazo inicial y que te regala una joyita de colección poco antes del pitazo final. El que debería de aprender un poco es Julio Marchant. En un arranque friccionado, con mucho cuchillo en el mediocampo para cortar los avances de unos y de otros y mucho trabajo defensivo para tomar al 9 de un equipo y del otro, que eran las referencias más importantes a tener en cuenta en lo táctico. Por eso, el primer tiempo se jugó con los ojos bien abiertos y sin descuidar ningún detalle. Banfield planteaba la libertad del colombiano y de Erviti, que se movían por todo el frente de ataque. Vangioni era la carta de la Lepra por la izquierda, como lo era Dolci por la banda contraria, además, Sánchez Prette era el armador del juego para llegar con claridad al área. Boghossian luchaba ante la zaga que presentaba el Taladro: López-Méndez, que estuvieron muy correctos a la horaa de marcar al 9n que le dio el pasado fin de semana uno de los goles en la victoria ante Lanús, y por lo tanto, el archirrival no podía sufrir lo mismo. El primer tiempo se fue entre medio de ese estudio y algunas pinceladas de individualidades en el conjunto del sur. En el complemento, Banfield se vio golpeado por una arremetida de 20 minutos de Newell´s intentando una y otra vez llegar a la conquista. Y llegó cuando en la puerta del área le quedo la pelota a Cristian Sánchez Prette, para que el ex Huracán y Estudiantes remate al medio y Lucchetti siendo el gran cómplice, la termine metiendo en su arco. Era el cachetazo que Banfield necesitaba para prender el fuego del fútbol y empezar a jugarlo con la mente encendida. Penal para el Taladro cobrado por Favale, para que el 9 que pide a gritos la convocatoria al seleccionado uruguayo definió fuerte y al medio, para asegurar el empate transitorio y aspirar a la victoria. Fue así que el equipo dirigido por Julio César se modificó en algunas piezas para darle más dinamismo al ataque. Pelota al medio, en tres cuartos de cancha, para que James empalme con su zurda una definición notable al ángulo derecho del arco defendido por Sebastián Peratta y tranquilice los corazones verdiblancos. El final iba a ser de novela. En 4 minutos de adición pasó de todo. Expulsiones para Schiavi y Silva por insultarse y agredirse mientras esperaban el envio de un córner a favor de los rosarinos. Peratta va a buscar en la última jugada al área pero se termina quedando en la puerta de la misma, el centro cae, despeje rápido y agarrate Catalina. Contraataque de Banfield, tres contra tres incluyendo al arquero. Pase de Fernández de derecha al medio para el Gallego Méndez, que sirve enseguida a la derecha para Marchant, para que ya en el área rival gambetear con categoría al uno leproso pero mandarla al alambrado con el arco absolutamente vacío y en el punto penal. Un horror lo del ex Boca que hubiera sellado un triunfo lujoso de Banfield. Un Taladro que siempre buscó, que presionó, que molestó y que nunca dejó que Newell´s terminara de desplegar su fútbol. Un equipo que se mete en la cima de la tabla Silvando por lo bajo, pero que deberá afrontar el próximo partido sin el as de espadas.
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