Roger nunca duerme

Uno de los tantos servicios poderosísimos del suizo. Soderling espera atento.

En la ciudad que nunca descansa, Federer no puede ser menos. Una nueva victoria en Flushing Meadows lo confirma como serio candidato a quedarse, por enécima vez, con el US Open. Por los cuartos de final se la veía con un viejo conocido de Roland Garros, Robin Soderling, casualmente ambos integraron la final del Grand Slam sobre polvo de ladrillo, en la que el suizo se quedó con la gloria. La historia no se iba a modificar sobre el cemento, donde es profeta, aunque iba a tener más incertidumbre que en aquella definición. Roger comenzó imparable, con un tenis perfecto o rozando la excelencia, porque con él nunca termina de saberse hasta donde es capaz de jugar, ya que su raqueta y el no tienen techo alguno. Las dos primeras mangas fueron muy cómodas para el oriundo de Basilea y se las alzó con un 6-0 y un 6-3 inapelables. A partir de allí ninguno de los dos iba a poder quebrantar el servicio del otro, Roger consiguió 4 rupturas en esas dos mangas y ya nadie iba a poder repetir eso. En el tercero iban derechito al tie break, el que quedó en manos del sueco y le dio un respiro al partido, a él mismo, y al público que venía de disfrutar de un gran monólogo del número 1 en los sets anteriores. Esa muerte súbita quedó para Robin por 8 a 6. Y en el cuarto, la cosa iba a ser igual pero con ganador contrario, tie break, 8 a 6 pero para el gran Rogerio. Trabajó más de la cuenta el emperador del último Grand Slam de la temporada para sacarse de encima al molesto Soderling, pero a base de su servicio, con 28 aces, y de sus ejecuciones, con 36 winners, redondeó una gran labor para eliminar al sueco. Por parte de Robin, decir que cometió demasiados errores no forzados, 45, además desperdició las chances de quebrar el saque de Federer, y regaló demasiadas oportunidades para que él si las concrete, lo cual con Roger cuesta muy caro, y lo pagó con la derrota. Es turno de que el Amo y señor de las pistas se vea en semis el día viernes con el carismático y laborioso Novak Djokovic. Un partido que ya promete tenis de alto voltaje y alguna cuota de humor por parte del serbio. Pongan las fichas en su favorito porque ese encuentro genera enorme espectativa, como para alquilarse un balconcito.