7 de julio de 2010

¡Gracias Charrúas!

Uruguay dejó el alma el cuerpo y la sangre ante los holandeses, pero ni siquiera le alcanzó. Con una ráfaga de tantos, la Naranja lo liquidó. Pero la Celeste sobre el final descontó y arrinconó contra las cuerdas al equipo europeo. Digna forma de quedarse fuera de la final para este equipo que se desvivió por llegar. Sin embargo, el arco no estuvo de su lado.

Uruguay 2 - Holanda 3
Estadio Cape Town, Ciudad del Cabo
Árbitro: Irmatov (UZB) Malo.
Goles: Van Bronckhorst, Forlán, Sneijder, Robben, Pereira.



Al borde del nocaut. Ambos. Holanda casi le da el golpe del final en contragolpes sin resolución efectiva, más una defensa y arquero uruguayos que dejaban el alma y algo más en cada pelota. Uruguay casi consigue el milagro y sin dudas hubiese sido una trompada de "Mohammad Alí", como dijo Diego hace solo unos días. En ese nerviosismo se vivió, se sufrió y se disfrutó de este enorme partido, que fue de menor a mayor.

Uruguay fue el dueño de la pelota durante muchos instantes del juego y de hecho, le había cerrado casi todos los caminos al elenco holandés. Los circuitos estaban cortados en el once europeo y daba la sensación de que ante un esquema tan aguerrido de los uruguayos, solo un gol de otro partido podía cambiar el destino del marcador. Y así fue nomas. Tremendo bombazo desde 35 metros de Van Brockhorst, que Muslera apenas roza, pega en el ángulo e ingresa,  para abrir la cuenta estableciendo un injusto 1 a 0 que no era acorde al desarrollo. Uruguay buscó en los minutos que restaban en esa primera parte, atacar con más gente que al principio, donde fue más cauteloso y cuidó muchísimo las marcas y los movimientos de los Naranjas. Tenía zonas vulnerables el conjunto dirigido por Van Marjwick, y Uruguay debía aprovecharlas en ese momento de búsqueda. Forlán decidió patear al arco, y el mejor pateador del torneo no tuvo compasión. Gran remate pero muy al medio. De todas formas Stekelemburg tuvo una flojísima respuesta y apenas llegó a tocarla con uno de sus guantes, y se le termina metiéndose. El empate tan ansiado y muy merecido para los uruguayos que se iban al descanso con la tranquilidad de una enorme tarea en el medio y en el fondo, bloqueando conexiones ofensivas y saliendo rápido al contraataque.


Holanda era una mezcla de impresiciones, nervios, falta de ideas y confusión a la hora de tratar de romper con esa red oriental. En el segundo período, la cosa no iba a hacer muy distinta. Un Uruguay que aseguró su decisión de ir a buscar el partido, de no retroceder por un empate y seguir con la perseverancia que lo haga abrazarse nuevamente por un gol que le de la victoria. Daba toda la sensación de que los uruguayos estaban mucho mejor. Y así lo era. Pero, los holandeses parecen salir de la nada con algo inesperado. Sneijder casi que le roba una pelota a Kuyt que le iba a los pies por el vértice izquierdo del área. Decide rematar colocándola en el segundo palo. Van Persie quiere intervenir (en off-side), pero no la toca. La bocha no llega a sacarla Muslera porque se pega al poste y se mete. Cuánta mala fortuna. Gol de Holanda, ilegítimo pero 2-1 al fin.


Toda la bronca de los uruguayos que estaban haciendo una gran tarea. Gargano se devoraba el mediocampo. Forlán y Cavani eran peligro constante. Godín y Victorino fueron vitales en el fondo. Cáceres a pesar de una tempranera tarjeta amarilla, fue con intensidad a buscar cada pelota por su banda. Y así todo el elenco Charrúa era una gratísima muestra de sacrificio colectivo. 


Pero la gota que rebalzaría el vaso sería el tercer tanto de Holanda. Gran centro para la cabeza de Robben que la clava al lado del palo para el tanto que definía a priori la historia de la semifinal. Pero todavía quedaba tiempo. Entró Abreu y entró Papelito Fernández para que salga Cachabacha extenuado después de 200 minutos en sólo unos pocos días. A los 45, tiro libre de Uruguay que lo juegan a un costado para Maxi Pereira, en una jugada similar a la de Zanetti con los ingleses en el 98, sólo que afuera del área el volante charrúa la clavó con su empeine zurdo en el segundo palo del 1 Stekelembürg. Gol y descuento. Y todavía había tres minutos para la hazaña. No estaba muerto Uruguay. Ya en el saque del medio la regaló Holanda, y los de Tábarez los arrinconaron a los Naranjas durante 5 minutos (terminaron por ser esa cantidad, por una supuesta lesión de un jugador holandés), donde los corazones de Holanda y los de los propios Orientales no tuvieron respiro. Asedio permanente que casi les da un regalo que bien merecido lo tenían, pero que no llegó a tiempo.
 
El uzbeco Irmatov marcó el final del partido. Desolación uruguaya. Locura Naranja. Orgullo en Montevideo, Colonia, Tacuarembó y en todas las ciudades del país hermano. Qué gran muestra de coraje, de HUEVOS, esos que son tan reclamados por muchos, Uruguay los tuvo de sobra. Se revolcó en el césped de Cape Town por esa Jabulani. Cuánta garra Charrúa. Cuánta entrega. Cuánto fútbol. No será el más vistoso, pero el conjunto de Oscar Washington Tábarez, viejo sabio de este juego, estuvo a punto de aguarle la fiesta a una Naranja que viene dulce, porque los resultados y el oportunismo le juegan a favor. La Celeste debe ir por el tercer puesto con la convicción y las ganas. Se levantó de tantos problemas y bajas, que no debe rendirse ahora. todavía queda un round para este Rocky Balboa del Mundial, que parece caído, pero que quiere meter el nocaut para honrar aún mas a toda Sudamerica.

PODIO DEL PARTIDO:
Gargano URU
Robben HOL
Forlán URU

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