El premio mayor
Abrazo de gol de todo Colón ante la jugada de los dos 9. Padece Lisandro López el festejo.
Cuando Colón no merecía ni el empate, se terminó llevando el triunfo. Después de un inicio de ida y vuelta, donde ambos se decidieron a atacar en una cancha por demás rápida y que aguantó muy bien la lluvia, supieron encontrar los arcos. Con menos fortuna Chaca, con una cuota de suerte el Sabalero, porque al cumplirse el primer cuarto de hora, ya estaba 1 a 0. Un remate de Pirulo Rivarola que se desvió en el camino y se le elevó a terremoto Cejas, superándolo por encima del alcance de sus manos. A partir de allí, los de Mohamed empezaron a cuidar el resultado. De los pies de Bertoglio y de Lucero, salían las mejores contras que podían tener ante un conjunto local que salió a buscarlo con mas decisión pero que seguía siendo impreciso en la definición. Dos bochas en los hierros impactó el Funebrero. La primera fue de Morales, estrellándola en el primer poste, y la segunda por un cabezaso de Echeverría, que terminó pegándole y duro al horizontal. Cuando las papas quemaron en Colón, apareció Diego Pozo, tapando en varias ocasiones jugadas que en cualquier lado terminaban en un gol, pero en su valla no ocurrieron, porque estuvo tan ágil como preciso a la hora de ubicarse y contener un disparo tras un centro atrás que tocó Parra y que el resolvió con facilidad. Luego le sacó del primer palo un fuerte remate a Nicolás Ramírez que estaba sin ángulo y que resolvió bien desde el costado del arco, pero el portero lo hizo aún mejor. Unas cuantas más despejó el 1 que estaba en su noche, y parecía que todo el visitante lo estaba, porque Chaca no la podía colocar entre medio de los tres palos. La realidad es que el encuentro tuvo un ritmo casi incesante en cuanto a llegadas, lo que hacía mas interesante llegar al desenlace, porque nada estaba dicho y era solo un gol la diferencia.
La segunda etapa no se quedaría atras. A pesar de no llevar constantemente el mismo nivel de llegadas a los arcos, supieron golpear las puertas en diferentes momentos y con mucho peligro. Con más amor propio e impotencia, que un gran fútbol, Chaca fue y fue. Y tenía que encontrarlo. Y lo encontró. Cabezaso de Parra tras el centro de Morales, el mejor de todo su equipo, incisivo y desequilibrante en el ataque, creativo y movedizo, y el número 23 del elenco de Fernando Gamboa estampó el 1 a 1. La justicia parecía llegar a La Paternal. Se esperó más de una hora para el inicio del juego, porque estaba pautado para las 18.00 y terminó empezando por determinación de Pittana a las 19.10, aguardando por lo que sucedía con la lluvia, y así también se aguardó por el empate de Chaca en todo el público local. Inició la administración de la pelota el Sabalero, sin demasiada precisión de ambos, parecían conformarse con el punto. Pero el Funebrero llegó más en todo el partido y merecía algo más que una unidad ante su gente. Mohamed movió la banca: ingresaron Nieto, Ricky Gómez y Soto, el tridente estuvo activo en su tiempo en cancha. Con los dos 9 en cancha, el Turco buscaba con algún centro llegar a la victoria, porque claro, los más creativos y pensantes de su equipo estaban afuera: los purretes Facundo Bertoglio y Juan Manuel Lucero. Por eso apeló al plan B: tanques de área y ver lo que sucedía con ellos juntos. Maureen Franco le aportó buena salida en la ofensiva veloz del local, pero sin la precisión para que nuevamente caiga la número 5 en las redes del arco de Pozo. Los últimos 4 minutos fueron de un ida y vuelta a las apuradas, con mucha emoción en las tribunas, se cruzaban los dedos. El Bichi tomó la pelota en un dos contra dos en tres cuartos, le picaba Nieto por el centro del campo. Superó la marca de Echeverría y encaró en diagonal al área. A mitad de camino quedó Crosa, entre el eterno goleador y Fede, el centro de tres dedos de Esteban y gol del ex Huracán empujándola con las dos piernas hacia adelante. Jugada de dos nueve, sin dudas. Generosidad total y vigencia de un Bichi que no sólo le pega Fuertes sino que además es un asistidor de lujo para otro goleador en pleno crecimiento individual. Demasiado premio para un Colón que defendió y atacó menos que el local, pero que en la efectividad le sacó la luz de ventaja, y con esa cuotita de fortuna que lo deja como líder, mirando desde arriba y olvidándose de aquél traspié continental. Chacarita se complicó sólo porque no la embocó, hizo todo, pero no pudo. Que siga por ese camino sin guardarse nada que seguramente al final de temporada ese mismo premio que buscó anoche, tiene que llegar a lo grande.
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