Los sospechosos de siempre le dieron alegría a la tarde del Súper. Abrió la cuenta Gallardo para River y el enmascarado Palermo, que se la sacó en el inicio del complemento, estableció un empate que no le queda para nada mal al partido. Primer tiempo fue del Millonario y en el segundo Boca le perdonó la vida.
Delirios totales en las tribunas locales para motivar a un equipo con el alma caída por el suelo, para tratar de modificar la suerte de un Millonario que hace rato viene pobre de fútbol. Espacio colmado del visitante que recibió a puro griterio, escabulliéndose en la silbatina general de La Banda de Núñez. Boca jugó mal, River mejoró en su vuelo futbolístico pero desperdició jugadas claves que le costaron caro, demasiado caro. El tridente de ataque se mostraba con una gran movilidad y coordinación que asombraba, hablamos de Gallardo, el Burro Ortega y Buonanotte. El Muñeco fue el hirvanador de las mejores chances del conjunto local en toda la primera mitad. Diego, el chiquitín Buonanotte se mostraba constantemente. Avisaba Domingo con un remate cruzado razante al lado del palo del Pato. Nuevamente River con Abelairas y un remate que se fue por encima del travesaño. La tercera es la vencida dicen algunos. Encara el chiquilín de River a Monzón pero se lleva la bocha con su codo izquierdo, lo que era falta en ataque. Nadie lo vio, el lateral xeneize derrumbó al delantero y penal cobró Laverni. El encargado fue como siempre el Burrito, que sin amagar, tiró su remate suave por la izquierda de Abbondanzieri que respondió con el manotazo salvador que le permitía mantener el cero en su valla. Boca no llegaba, Palermo no pivoteaba, algunos destellos del Pocho Insúa y la movilidad de Gaitán pero no le caía la redonda. Riquelme no se podía hacer eje del juego de Boca. ¡Cantalo, cantalo, cantalo! El Muñe fue eje hasta que salió.
Tiro libre para el Millo, a 5 metros de la medialuna, a los 29, el Muñeco la acomodó, como en la Bombonera, desde una posición muy similar. El Pato quedó en el medio del arco y no logró tapar un disparo estupendo del 11 de River que la clavó a media altura pegada al poste derecho del 1 Xeneize. 1 a 0 para el local y locura total en las populares y plateas riverplatenses del Monumental.
No iba a haber mucho más en el resto de la primera etapa, porque Boca no podía quebrar una defensa bien parada, que contenía a Palermo y que tampoco al medio se le caía una sóla idea de ataque. Ibarra no estaba bien, una molestia en el recto del aductor de su pierna diestra lo hacía salir en el entretiempo por el chileno Gary Medel. Al regreso al verde césped, se venían unas cuantas emociones más para ver. A los 3 minutos nada más, Villagra se va expulsado por una dura entrada a Gaitán en mitad de terreno. Antes había sido amonestado por llegar tarde a trabar una bocha con Battaglia. Uno menos para el Millonario y la preocupación en puerta para Astrada que mandaba al Pitu Abelairas de 3 para ocupar ese hueco que dejaba el ex Rosario Central. Boca tenía la obligación de sacar provecho de esa franja y llevar adelante las situaciones de riesgo. Pero dos minutos después de la roja a Villagra llegaría la de Julio César Cáceres, tras un manotazo al pecho de Ortega que simuló un golpe fuerte en su rostro, lo que genero la tarjeta que le mostró Laverni al paraguayo, mal expulsado. No pudo ni siquiera ponerse a pensar Basile como encarar el partido con el hombre de más porque enseguida se iban a igualar los soldados en el campo de batalla. Boca defendió con tres, tomó la iniciativa, mantuvo a los dos hombres de punta y de los pies de Gaitán (el mejor del visitante) y de Riquelme pudo acercarse mucho más al arco de Vega.
Abrazo de gol. Pase de Román, gol de Martín.
A los 18, diagonal de derecha al centro de Gaitán, la metió adentro para Riquelme que de primera la jugó de taco para que Martín Palermo, de frente al arco, definió de tres dedos a lo Chelo Delgado, al lado del palo del 1 de River. 1 a 1 la historia, 10 hombres por lado, se desató la alegría en la popular visitante y parecía que Boca se lo podía llevar. El Muñeco salió antes del gol y River perdió peso ofensivo, Buonanotte simuló faltas y no generó demasiado. Sólo una chance neta del local que el chiquilín amontonó las marcas por derecha, abrió para que Abelairas sólo frente al arco del Pato, la estrellara contra el palo izquierdo del portero Azul y Oro. El Xeneize tuvo la pelota, River se replegó, demasiado, no lo quiso perder y se notó. Tuvo pánico escénico sobre el final, mientras que los del Coco tuvieron todo a sus pies para llevarse los tres puntos. Tuvo tres oportunidades para ganarlo: un remate de Nico Gaitán en una buena jugada individual, otra de Román de tiro libre que tapó Vega abajo en el primer vertical y la tercera la tuvo el Pochi Chávez pero lo cerraron justo en el punto penal, sobre la hora. No había más tiempo. ¡El colorido lo pusieron ellos!
Fue 1 a 1 en la Bombonera, hace algunos meses, con goles de Palermo y Gallardo. Hoy en el Monumental de Núñez igualaron por el mismo resultado pero los goles se dieron al revés. Figurita repetida de un clásico donde el árbitro le puso la emoción con las rojas y el penal. Poco de los dos más grandes del fútbol argentino. Boca lo saborea más, River lo lamenta más.
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