7 de mayo de 2010

Taladrazo al corazón

Banfield abusó de no ser agresivo en Porto Alegre, y con el Inter eso se paga. Un tanto sobre el final del primer período abrió la herida y sin anestesia, antes del cuarto de hora del segundo, ya estaba 2-0. Luego lo aguantó con el toque de un D´alessandro que manejó todas las pelotas y padeció todos los foules. Banfield careció de argumentos y terminó con uno menos.

D´alessandro celebra como si fuese suyo. De hecho, participó en los dos...


Copa Libertadores: 8º de final. Inter 2 - 0 Banfield. Global: INT 3-3 (gol de visitante)

Un 3 a 1 tan engañoso como fructífero para los hombres de Fossati. Porque si Kleber no la clavaba lisa y llanamente en el ángulo en el duelo de ida en el Florencio Sola, la remontada hubiese sido aún mas complicada. Y por allí emprendió el sendero del cotejo de vuelta el local, tratando de vulnerar rápido las redes de Luccheti para arrimarse rápido en el tablero. Pero no sólo pasó por el arrebatado empuje que puede tener un partido como este para el equipo que debe dar vuelta la situación, sino que además, Inter anuló a los dos hombres de ataque del visitante: Fernández y Ramírez. Éste último, devorado por los centrales. Entonces, la solidez en el fondo y la tranquilidad de Abbondanzieri en el arco de los brasileros, fueron claves en todo lo que se consiguió con el correr de los minutos. Lo del elenco de Falcioni fue claro: aguantar los primeros 45 minutos y provocar en el desgaste notorio que pueda tener el anfitrión, algún contragolpe que liquide de una vez esta serie. Planteadas así las intenciones de ambos, se pudo advertir en toda la primera parte, una falla de James Rodríguez no pudiendo colaborar nunca en la parte defensiva con sus compañeros, cosa que sí hizo y por demás, hasta jugando de 5 (vaya a saber si por orden de Falcioni), Walter Erviti. Por allí, por la derecha del ataque de Inter, James era superado constantemente por la velocidad y movilidad de un D´alessandro que se comió la cancha, y un lateral por la derecha como Nei, capaz de llegar al desborde con criterio y con una cierta comodidad. Una de las zonas débiles del Taladro durante toda la noche. Así y todo, los que tenían la ventaja en el marcador eran ellos, pero no tuvieron ni una sola chance neta y peligrosa para sellar con candado esta situación favorable. Inter fue paciente, preciso y contundente. Cuando llegó, lastimó o avisó claramente lo que buscaba: el gol. Contadas con las manos las oportunidades de Banfield de llegar con los volantes con pelota dominada a zona de riesgo, que casi siempre derivaron en la nada misma. Rodríguez perdió demasiados balones en todo el partido pero por sobre todo en el primer período. Los brasileros encontraron la ventaja en una maniobra para el aplauso de Andrés D´alessandro, que mete un pase de espaldas y en cortada dentro del área y entre medio del lateral y central de Banfield, para que sea un toque al medio ya que Luccheti apuraba y solito, Alecsandro, clave el 1 a 0 a los 41 minutos de partido.

La primera parte se iba con el atenuante de haber achicado la brecha entre ambos en el global. Golpe casi de nocaut para este equipo argentino que se quería ir al descanso con el 0 en el arco propio. Sin embargo, no contaban con la astucia de Andrés para dibujar semejante jugada. La idea fue peor aún que la planteada en el primer tiempo. Se cuidó mucho más Banfield, se volvía loco Falcioni por la subida de Nei que era realmente imparable. Siempre cediéndole terreno y pelota a los locales, el equipo de Julio César generó más dudas que certezas en un funcionamiento demasiado austero. Se entiende que en Brasil no es fácil jugar, pero peor es refugiarse sabiendo que el envión anímico del primer gol al Inter lo alimenta aún más y se sabe que saldrá mas convencido a jugar el complemento. Dicho y hecho.

Las pelotas del conjunto de Porto Alegre pasaban por su organizador en casi todas las ocasiones. No había forma de sacársela si no era con foul. Y en una jugada iniciada por él a los 12, con una abertura del juego hacia la banda izquierda con un pase delicioso con sus tres dedos, D´alessandro habilitó al otro lateral, a Fabiano Eller, que metió un centro preciso a la cabeza de Walter que se anticipó a todos y la colocó con fuerza en el primer parante del arco del Laucha. El derrumbe anunciado llegó. Se desmoronó el equipo argentino que después sumó la roja de James Rodríguez por doble amarilla (exageración de D´alessandro que lo espero y cuando pasó se lo llevó puesto y se tiró). Y en esa vorágine de confusiones y de verguenza deportiva, el único beneficiado por esto fueron los de Fossati que jugaron con la pelota en los pies y lo más lejos posible del arco defendido por el Pato. Poco y nada pasó con los ingresos de Cardaccio y Laso para la ofensiva del Taladro que dos cachetazos le bastaron para darse cuenta que la ventaja no le alcanzó y que en 90 minutos todo puede pasar. El esfuerzo estuvo, la entrega también, eso está claro, pero fue poco para frenar a un equipo que ha crecido tanto en poco tiempo y que se postula como firme candidato, aunque ahora le toque una parada más brava. El equipo brasileño ahora va frente a Estudiantes. Hoy fueron titulares el arquero ex Boca, el 10 que fue la gran figura de la noche, y el pelado Guiñazú (ex Rojo). El duelo de argentinos se mantiene en la llave de los cuartos de final de la Copa Libertadores, con el aliciente de que es una institución carioca contra otra nacional. 

En Porto Alegre la felicidad fue toda para el Inter que fue capaz de revertir una encrucijada, y que debe ser el punto de partida para que Estudiantes tome nota al respecto. Que no se repita en la próxima fase...

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