El Chuco Sosa puso el uno a cero tempranito luego de una gran jugada iniciada por Ortigoza desde mitad de cancha. Luego tuvo varias situaciones más para cerrarlo en el tiempo inicial y en el arranque del complemento. Ya después tomó River el control del balón, con más orgullo propio en algunos casos, en otros vergüenza, que ideas y así se fue diluyendo el partido y una nueva lluvia de silbatinas cayó sobre los jugadores.
No sólo la platea, todo el estadio se manifestó en contra del rendimiento millonario.
A River le pegó duro el superclásico. Si a Boca no lo cambió en casi nada, bueno al Millonario todo le cuesta. Tanto que, en su casa, ante su gente, que pedía con banderas la llegada de Ramón Díaz, y de alguna forma ignorando ya al Negro Astrada, uno de los nombres más importantes que dio el club en la época dorada de los 90, parecen ser una señal de lo que el hincha quiere o pretende hacia el futuro. Argentinos se plantó bien, como lo suelen hacer los equipos ultimamente a todos los grandes, de igual a igual, burlándose de las debilidades y estableciendo el ritmo de juego como visita en el Monumental. A través de los pies de Ortigoza, del gran oficio de Calderón y de lo potente que fue Sosa, el Bicho se basó en esas tres figuritas para conseguir lo que fue a buscar, la victoria. Casualmente, ellos son los que intervienen en la única emoción en la noche de Núñez. Pelotazo desde el centro del campo de Néstor para Caldera, el ex Rojo y Pincha la toma, se va cerrando hacia el medio y la suelta a la derecha para la llegada por atrás del Chuco en un dos contra dos letal, Ismael la bajó tirándola adelante y se fabricó el hueco para definir justo por debajo de Daniel Vega en un buen remate cruzado que estampó el 1 a 0. Luego de eso, los hombres de Borghi se propusieron manejar los tiempos y ser precisos en la entrega del balón. Le anularon muy mal otro gol a Sosa, que estaba no sólo detrás de la línea de la esférica, sino que también lo habilitaba un central millonario. Horror del asistente Claudio Rouco.
El Chuco, de lo mejor del encuentro. Caldera, detrás hizo un buen aporte.
Ya en el complemento, River salió a la cancha con dos cambios: Villalva por Canales y Mauro Díaz por Rojas, ambos salientes de pobrísima tarea. Cambió la actitud en el local, buscándolo con un poco más de decisión al arco rival, con un buen partido de Ferrero atrás, de Almeyda (muy aplaudido por su entrega) y Pereyra en el medio, y como enganche Mauro Díaz fue incisivo a la hora de buscar el arco y manejó con mucho más criterio que Rodrigo las acciones a favor. El Keko pesó muy poco, Funes Mori tuvo dos cabezasos claritos (además de un gol bien anulado por un claro off side de él): uno se fue cruzado a dos centímetros del palo y el otro fue contra el cuerpo del arquero visitante, Luís Ojeda, de muy buena tareatapándole un remate a Mauro desde afuera al primer poste y un tiro al medio conteniéndolo en dos tiempos. Tuvo contragolpes para liquidarlo el Bicho, pero les faltó pimienta para hacerlo. La más clara de la visita fue un remate de Cachete Oberman (ex River, de muy pobre paso por el club) cruzado muy bien colocado al segundo poste, donde Vega respondió con un sólo puño y hacia un costado. Eso fue todo. No hubo más. Argentinos lo aguantó con oficio. En River ni Rosales desequilibró ingresando por Ferrari (malo el cambio, hubiera sido mejor por Díaz que tiene menos proyección. Ferrari tiene más pegada y mejor centro, y por supuesto es mucho más veloz. Salvo que Astrada haya querido estancar la línea de tres en el fondo). Se fue disolviendo un partido donde el conjunto del Negro tuvo algunas ocasiones para llevarse la igualdad pero también es correcto decir que al Chuco no le convalidaron un gol que fue tal.
El Bicho sigue picoteando en el torneo y ya suma 19 porotos, presentándose a la espectativa de lo quie suceda con los de arriba. A River le cuesta, el cuesta todo, hasta salir a jugar le cuesta, y el futuro, con este nivel de fútbol, no es para nada prometedor...
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