Cuando el Cholo y su equipo lo aguantaba con uno menos, con la victoria casi en el bolsillo, apareció ¿cuando no? Martín Palermo, para darle a Boca un 3 a 3 que lo alivió en el inicio de la temporada. Un partido que tuvo de todo, un arbitraje rozando lo desastrozo, muchas tarjetas amarillas, un par rojas y seis goles. Si fuiste a Mar del Plata y no lo viste... ¡Cómo te lo perdiste!Esto le significó la roja a Martín, pero no le importó porque otra vez le salvó la noche a Boca.
Nada de amistoso, se jugó como si fuera un gran final.
Todos lo ases de espada del Cholo en cancha. Algunas cartas del Coco bajo la manga. Así se enfrentaron, por primera vez en el año, San Lorenzo y Boca. Un duelo que además de muchísima fricción, tuvo una serie de estadios, que empezaremos a repasar:
1- El Boca de antes: Primeros diez minutos de partido, arranque arrrollador del Xeneize a puro toque, gambeta, caño y precisión. A los dos minutos, no se le cobró un claro penal a Insúa tras una doble mano de Pintos, queriendo atajar casi la bola, que tenía destino de centro. Tanto fue este comienzo potente, que a los 8 ya estaba arriba por un cabezaso del pibe Nico Colazo en el segundo palo. Ese Boca que se extrañaba ver y que no apareció en todo el semestre pasado, se hacía presente en el José María Minella (por cierto, mucha gente de ambos equipos en las tribunas), ante la mirada del Cuervo, sólo la mirada.
2- El Boca reciente vs. el Ciclón vertical: empezaron los errores defensivos en el equipo del Coco, el punto más débil que tiene actualmente su equipo y que no lo puede solucionar ni cambiando los nombres. Mal cierre de Monzón que permite que Bordagaray mande centro, que termina en la puerta del área y que el Kily toma de primera para que se desvíe en Gunino, uruguayo que reemplazó a Ibarra, pero que seguramente será cedido a préstamo a otra institución, y el Pato no pueda evitar el destino de gol. Un minuto después, a los 13, yerro de Gunino en la salida del fondo, y así como estaba la bola, Fabián Bordagaray la conectó de tres cuartos de campo y de emboquillada marcó el 2 a 1 ante un absorto Abbondanzieri que quedó a mitad de camino (punto penal). Eso fue así, hasta el final del primer tiempo. Un equipo que perdió ideas con el correr de los minutos, y el otro que aprovechó cada ataque que tuvo para inquietar y consiguió darlo vuelta enseguida.
3- Reacción desde el vestuario: Basile motivó a sus "players" como a el le gusta decirles, y los jugadores salieron nuevamente a buscarlo. A los 4, la Garza Viatri marcó el 2 a 2 y parecía que la cuestión se iba a inclinar para el Azul y Oro.
4- La pelota parada: cuando algunos dicen que se debe trabajar en la semana, que definen un encuentro, es así, no tengan la menor duda. La pelota detenida maraca a veces una gran diferencia en el marcador. San Lorenzo anoche la utilizó y bien, porque Botinelli estampó el 3 a 2 a los 26 del complemento. Boca las sufre demasiado, algo que no le pasaba con un Patrón Bermúdez, un Schiavi ni un Burdisso por citar sólo a algunos que era temidos en el área rival y repartían rechazos en el campo propio. Hoy, no están esos nombres y parece haberse olvidado el Xeneize de ese poderío que supo tener con el balón quieto. El Cuervo se encaminaba a la victoria, la primera del año.
5- ¡Cuando las papas queman...!: Boca tenía uno más. Furchi habia expulsado al pichón Bertochi con pocos minutos en cancha, sólo 5, y a los 38, vio la colorada por una entrada fuerte atyrás en mitad de terreno. Pero, hubo varios de esas y peores y el juez no midió con la misma vara ni para un lado ni para el otro. Boca lo fue llevando contra las cuerdas, con desorden, abusando del centro y del pelotazo, con Paletta de doble nueve, con Matías Giménez (ingresó en el entretiempo) y Mouche desbordando por la izquierda, con un Gaitán que se bancó todos los patadones de la defensa y un cierre muy brusco de Pintos en el final que lo dejó muy sentido. Así iba el equipo del Coco, ya con casi todos los titulares en cancha (faltaba sólo Román y el Negro Ibarra, y se vera que sucede con una posible venta de Cáceres). Y tanto fue, y tanto fue, y tan atrás se metió el Ciclón de Boedo que, lo pagó caro. Centro al segundo palo, a los 48 del tiempo final, apareció el Titán, ese que sigue con la pólvora intacta y con su cabecita de oro, le cambió de palo la bocha a Migliore y no pudo cerrar Botinelli, apenas la rozó, pero sin modificar que se bese con la red. Gol de Boca, a un minuto del pitazo final, revoleó la casaca Palermo, y claro, tenía amarilla, roja para el y se pierde el duelo con Estudiantes del sábado.
Así lo celebró Boca, si, lo festejó, porque se ve que había demasiada presión para no comenzar el año con un paso en falso. Sin jugar bien, lo fue a buscar y encontró el premio del empate, una igualdad que le sirve y mucho para quedarse con el triangular, eso sí deberá ganarle al Pincha. El Ciclón se dejó llevar, y con uno menos, se le quemaron los papeles.
1- El Boca de antes: Primeros diez minutos de partido, arranque arrrollador del Xeneize a puro toque, gambeta, caño y precisión. A los dos minutos, no se le cobró un claro penal a Insúa tras una doble mano de Pintos, queriendo atajar casi la bola, que tenía destino de centro. Tanto fue este comienzo potente, que a los 8 ya estaba arriba por un cabezaso del pibe Nico Colazo en el segundo palo. Ese Boca que se extrañaba ver y que no apareció en todo el semestre pasado, se hacía presente en el José María Minella (por cierto, mucha gente de ambos equipos en las tribunas), ante la mirada del Cuervo, sólo la mirada.
2- El Boca reciente vs. el Ciclón vertical: empezaron los errores defensivos en el equipo del Coco, el punto más débil que tiene actualmente su equipo y que no lo puede solucionar ni cambiando los nombres. Mal cierre de Monzón que permite que Bordagaray mande centro, que termina en la puerta del área y que el Kily toma de primera para que se desvíe en Gunino, uruguayo que reemplazó a Ibarra, pero que seguramente será cedido a préstamo a otra institución, y el Pato no pueda evitar el destino de gol. Un minuto después, a los 13, yerro de Gunino en la salida del fondo, y así como estaba la bola, Fabián Bordagaray la conectó de tres cuartos de campo y de emboquillada marcó el 2 a 1 ante un absorto Abbondanzieri que quedó a mitad de camino (punto penal). Eso fue así, hasta el final del primer tiempo. Un equipo que perdió ideas con el correr de los minutos, y el otro que aprovechó cada ataque que tuvo para inquietar y consiguió darlo vuelta enseguida.
3- Reacción desde el vestuario: Basile motivó a sus "players" como a el le gusta decirles, y los jugadores salieron nuevamente a buscarlo. A los 4, la Garza Viatri marcó el 2 a 2 y parecía que la cuestión se iba a inclinar para el Azul y Oro.
4- La pelota parada: cuando algunos dicen que se debe trabajar en la semana, que definen un encuentro, es así, no tengan la menor duda. La pelota detenida maraca a veces una gran diferencia en el marcador. San Lorenzo anoche la utilizó y bien, porque Botinelli estampó el 3 a 2 a los 26 del complemento. Boca las sufre demasiado, algo que no le pasaba con un Patrón Bermúdez, un Schiavi ni un Burdisso por citar sólo a algunos que era temidos en el área rival y repartían rechazos en el campo propio. Hoy, no están esos nombres y parece haberse olvidado el Xeneize de ese poderío que supo tener con el balón quieto. El Cuervo se encaminaba a la victoria, la primera del año.
5- ¡Cuando las papas queman...!: Boca tenía uno más. Furchi habia expulsado al pichón Bertochi con pocos minutos en cancha, sólo 5, y a los 38, vio la colorada por una entrada fuerte atyrás en mitad de terreno. Pero, hubo varios de esas y peores y el juez no midió con la misma vara ni para un lado ni para el otro. Boca lo fue llevando contra las cuerdas, con desorden, abusando del centro y del pelotazo, con Paletta de doble nueve, con Matías Giménez (ingresó en el entretiempo) y Mouche desbordando por la izquierda, con un Gaitán que se bancó todos los patadones de la defensa y un cierre muy brusco de Pintos en el final que lo dejó muy sentido. Así iba el equipo del Coco, ya con casi todos los titulares en cancha (faltaba sólo Román y el Negro Ibarra, y se vera que sucede con una posible venta de Cáceres). Y tanto fue, y tanto fue, y tan atrás se metió el Ciclón de Boedo que, lo pagó caro. Centro al segundo palo, a los 48 del tiempo final, apareció el Titán, ese que sigue con la pólvora intacta y con su cabecita de oro, le cambió de palo la bocha a Migliore y no pudo cerrar Botinelli, apenas la rozó, pero sin modificar que se bese con la red. Gol de Boca, a un minuto del pitazo final, revoleó la casaca Palermo, y claro, tenía amarilla, roja para el y se pierde el duelo con Estudiantes del sábado.
Así lo celebró Boca, si, lo festejó, porque se ve que había demasiada presión para no comenzar el año con un paso en falso. Sin jugar bien, lo fue a buscar y encontró el premio del empate, una igualdad que le sirve y mucho para quedarse con el triangular, eso sí deberá ganarle al Pincha. El Ciclón se dejó llevar, y con uno menos, se le quemaron los papeles.
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