Leonas. Fieras salvajes sueltas en Rosario. Se busca el paradero de un grupo de mujeres que salieron de festejo loco durante la noche de ayer. ¿Motivo de festejo? Son las flamantes campeonas del Mundo. Se les llenaron los ojos de felicidad, de lágrimas, de celebración. Ayer, una vez mas, la selección argentina de hockey sobre césped femenina consiguió en Rosario la medalla dorada de la Copa del Mundo de la categoría, con un angustiante pero decisivo 3-1 sobre las holandesas, dignísimas segundas y las que eran campeonas defensoras de este torneo, como así también lo son en los JJOO que se vendrán en 2012.
Un partido que se le abrió rápido al equipo dirigido por el humilde y trabajador Chapa Retegui, porque Rebecchi ponía el 1-0 cuando habían corrido pocas vueltas en el reloj (3), tras un centro al medio que definió sola y con suma tranquilidad empujándola adonde tiene que estar y entrar la bocha, en el arco holandés. 6 vueltas del reloj mas tarde, llegó la segunda explosión de los 15000 espectadores presentes en el super estadio Mundialista. Salida de corner corto para la efectiva Noel Barrionuevo, que estampó el 2-0 parcial ante una Holanda sorprendida hasta ese momento por el arranque contundente de las jugadoras nacionales. Pero, ni lerdas ni perezosas, se empezaron a venir en manada. Las Leonas a pura defensa bancaron el 0 en el arco de Belén Succi, con ayudita de la 1 por supuesto, durante esa primera mitad. Las Naranjas supieron contrarrestar el dominio de bocha de Lucha Aymar, que casi no tuvo desequilibrios individuales en el partido, ya que sus marcas eran múltiples y constantes. Para la segunda parte, la intensidad europea no iba a variar en lo más mínimo. El acercamiento al arco argentino generó un arrinconamiento que por instantes parecía incesante y que el minutero no corría. En ese asedio, encontró el descuento la goleadora que tuvo este Mundial: Maartje Paumen clavándola por sobre la cabeza de Succi a la salida de un corto. Los que pensaron que con el descuento Argentina iba a poder salir a jugar de nuevo, se equivocan. La selección sufrió mucho la presión holandesa, sobre todo en ese segundo tiempo, en los primeros 15. Las jugadas eran escasas, y en esas García y Rebecchi respectivamente no pudieron convertir. El control de la bocha para las Leonas se volvía un inconveniente en algunos pasajes, en otros la salida era clara o con búsqueda de infracción del rival.
Hubo un enorme trabajo de Burkart en cada salida complicada de la Selección Nacional, tratando de aplicar una calma que pocas veces existe, sobre todo en este tipo de partidos, que ya se transformó en un verdadero clásico del hockey mundial. Y en el minuto 19, la alegría se multiplicó. Enorme maniobra del equipo, García (que no convirtió un sólo gol, pero jugó como una diosa del hockey) definió con un palazo potente que estrelló la "blanca" en el poste, le cayó de nuevo a la cordobesa, que se vió avasallada por Sombroek, la portera naranja. El rebote derivó al costado, donde la talentosa Rebecchi volvió a empujar al gol. 3-1 y se iba poniéndole llave al título.
Ya dejando el análisis y cerrando con el concepto que Argentina fue puro aguante, garra, pelea, Lucha, con mayúscula, porque no se le dio el partido esperado, el "de igual a igual". Se complicó, se sufrió, pero se ganó con la contundencia en el arco rival que eso es lo más importante. Las fallas que haya tenido el equipo argentino quedan en el olvido cuando el resultado es positivo, porque se rescatan muchas otras cosas que se exigen casi igual que lo técnico y lo táctico en una final, el corazón. Argentina latió con más intensidad la cancha, la supo administrar a la bocha en defensa, calculó las pulsaciones necesarias para ganar, reguló, se defendió con garras y dientes, ante un durísimo adversario, creo que su puesto habla a las claras, que detrás de las Leonas, están ellas al asecho en lo que al nivel de juego respecta. Se les quitó el trono, se las golpeó en los puntos clave del partido: en un arranque madrugador y en una liquidación de pleito facturada por la bella Rebecchi.
Fantástico lo de estas mujeres, estas chicas en algunos casos, que maduraron a pasos agigantados en 7 encuentros donde no empataron, y mucho menos no perdieron. No le regalaron nada a nadie, y el regalo lo terminaron teniendo ellas. Un presente fabuloso, que no tiene data alguna de un equipo de mujeres capaces de llenar un estadio, de hacerlo vibrar y de dar la vuelta olímpica en el patio de la casa de la mejora jugadora que ha dado el hockey mundial en toda su rica historia, pero reciente a la vez: LUCIANA AYMAR. Una vez más, Lucha fue desequilibrante en todos los encuentros y realizó goles de novela para que pueda volver a sacar otro libro tranquilamente. En la final, donde le costó hacerse de la bocha, aparecieron las otras 10. Todas pidiéndola a la "blanca" para dejarla respirar a la bestia de nuestro hockey. Lucha + 10 no es Argentina. Argentina es Lucha "con 10". Juntas, por el mismo sendero, y con la misma esencia ganadora.
Los fuegos artificiales de fondo, el himno. El Chapa Retegui que abraza a sus hijos y no entiende lo que pasó, lo que logró y lo que la luchó para estar en ese lugar al que él llama de "privilegio". Claro que lo es, es el entrenador de unas Leonas que conmueven a todo un país, que estremecen con sus lágrimas, que alegran corazones y que marcan territorio. Esta copa es de ellas, como en Perth 2002, con la despedida de Burkart y seguramente de Lucha en mundiales al igual que Gulla. Tantas Leonas que dieron tanto, merecían este final feliz. Esos desenlaces que son de tipica película romántica de Hollywood, pero en Rosario, con fieras salvajes que prometen que esta historia continuará. Mientras tanto, el público aplaude de pie la función...
Festejo de Leonas
Para destacar:
Inglaterra se quedó con el 3º lugar tras ganarle a las alemanas por 2 a 0 y así conseguir el máximo logro de su historia en una Copa del Mundo. Fueron segundas en el grupo de las Leons y perdieron por penales en semis con las holandesas.