Argentina atraviesa uno de los momentos más críticos en su afán de clasificarse a un Mundial, solo comparable con sucesos que datan de más de 20 años o el de Maradona y Sudáfrica 2010.
Argentina ha sido cacheteado sistemáticamente por los medios, por la gente, por ex jugadores y hasta por entrenadores. Basta. Basta de taladrar la cabeza de estos hombres que, en algunos casos, hacen sus primeros partidos con la Celeste y Blanca. En otros, tiene más experiencia que cualquiera de nosotros en nuestro trabajo, por los años que llevan vistiendo la camiseta albiceleste.
El tiempo de las recriminaciones ha pasado. Jorge Sampaoli es el tercer entrenador de un ciclo de eliminatorias... ¿Desprolijo? Sí ¿Anti-natural de un proyecto a largo plazo? También. Sin embargo, ya no es hora de éste tipo de planteos, que rondan sobre lo mismo y que ya todos sabemos.
La Bombonera será el escenario -impensado antes del arranque de las Eliminatorias- que derimirá las suertes de Argentina y Perú. El equipo de Gareca increíblemente cuarto. El seleccionado nacional increíblemente en repechaje.
Hoy es el día decisivo para que todos recuperemos la memoria. Este jueves, 5 del mes de octubre de 2017, es el instante ideal para volver a ser protagonista de algo grande, de algo fuerte, de algo que sobrepase los corazones de los millones de argentinos alentando cómodamente desde el confortable sillón del living de casa.
Jugadores: llegó vuestro momento. Ustedes tienen todo para llegar al Mundial: inteligencia, talento, astucia, gambeta, potrero, fiereza, compromiso, sobriedad y profesionalismo. Tapen la boca de los desertores de siempre, concentrense, mírense y jueguense el todo por el todo.
Ojalá, la justicia divina, el Messias o quien sea, haga de las suyas para que Argentina vuelva a ser lo que tiene que ser: mundialista.
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