23 de enero de 2011

"Palermo Colazal"

En el primer derby argentino por la Copa 2011 en Mar del Plata, Boca derrotó con claridad a un desdibujado River por 2-0, con la frescura de Nicolás Colazo para el primer tanto y la cabeza letal de Martín Palermo para el segundo.

Palermo mima a Nico Colazo, autor del primero.
Hace una temporada entera (por no decir más tiempo) que no se veía un Boca como este que anoche se llevó por delante a River. Ni siquiera me animo a compararlo con aquel que ganó el último laurel en 2008 tras derrotar en el triangular final a Tigre y San Lorenzo. Si, se sabe que es verano, se sabe que es pretemporada en Argentina y también hay que ser conscientes de que son "amistosos" que preparan y ponen a punto a los equipos. Pero este conjunto que tiene hoy en las riendas a Julio César Falcioni, ha mostrado solvencia y caracter, sacrificio colectivo e individual ante cada pelota perdida o dividida. Hacía rato que esto no pasaba en uno de los clubes más importantes de América y del Planeta.

Un arranque prometedor para River a pura presión y con las línes bien juntas parecían querer lavar de una vez por todas en Mar del Plata, la cara de un nuevo equipo (sin Ortega) que contaba con el doble enlace de dos chicos de la cantera, un "La-La" compuesto por Lamela y Lanzini. Arriba, Mariano Pavone, ex Betis, para tratar de inquietar a un línea de 4 bien conformada por el Xeneize. Boca enseguida se acomodó en el terreno, con un gran despliegue colectivo (todos corren, todos aprietan, todos colaboran), supo al instante cómo encontrar los espacios que River ofrecía.
Palermo fue letal en el trámite del encuentro. El Titán fue claramente la Estrella de Mar que tuvo este primer superclásico del año. Martín se vistió de asistidor en el primer gol cediéndole el balón, de forma poco egoísta, a Nico Colazo, un chico que promete quedarse con el andarivel zurdo si se lo permite el DT. Toda una gran maniobra de izquierda a derecha y viceversa para un gran cierre del pibe con una certera definición al segundo palo de Juan Pablo Carrizo. Luego, el Loco volvería a ser protagonista de la noche. Gran centro de Clemente Rodríguez para un notable cabezaso que desvió la trayectoria del balón y le dio destino de red. 2-0 Boca en el primer tiempo. El "José María Minella" deliró con las jugadas en las que participó Palermo. Ante la ausencia de Riquelme, que se guarda para el inicio del Torneo Clausura, la magia la aportó el goleador de la historia del club (230 goles, una Locura).
El Millonario se vio avergonzado, ante la falta de respuestas colectivas para torcer un destino con final infeliz en la Ciudad Feliz. Juan José López no tuvo entre sus hombres a Diego Buonanotte ni a su única incorporación, Fabián Bordagaray, (a Boca también le faltó Sebastián Battaglia, además de la ausencia de Román) asi y todo el Negro López puso a sus mejores hombres en el campo de juego y pareció pesarles el primer encuentro del año. Nunca encontró juego asociado, a excepción de algunos enlaces entre los dos chicos que se ocuparon de la creación, Manuel Lanzini y Erik Lamela. El primero estrelló un tiro en el travesaño en el primer tiempo, y en el complemento, le tapó Javier García un zurdazo, tras centro atrás de Roberto Pereyra. El segundo, fue el encargado de ejecutar todas las pelotas quietas, y en una de ellas obligó al joven arquero de Boca a tapar un remate durísimo al medio, pero que el pibe respondió con los dos puños hacia adelante para evitar el gol. El 1 Xeneize tuvo una noche tremenda salvando a Boca en los momentos en que River probaba desde cualquier lugar porque no encontraba demasiados huecos para llegar tocando. Tal es así que Matías Almeyda fue uno de los que más remato a los tres palos y se llevó siempre la presencia del hombre de los guantes boquense.
Boca supo aguantar el partido desde todo punto de vista. Manejó los tiempos, sufrió algo en el final, pero como suelen ser los elencos de Julio Falcioni, el equipo lo va armando desde atrás hacia adelante, y allí, entre los tres hierros, estaba Javier García, que no quiere perder su lugar. Boca fue seguro en el traslado del balón, siempre buscó no rifar la pelota, salir jugando, aunque sobre los últimos minutos no dudó en revolearla cuando el cansancio se hizo sentir. Un mediocampo ordenado y prolijo, una defensa sólida y con oficio, dos delanteros que complicaron mucho con el aguante del balón para el arribo del resto al ataque. Falcioni lo planificó bien de principio a fin, puso nombre a cada puesto y todos cumplieron con el cometido. Somoza y Rivero debutaron en el medio y no desentonaron mordiéndoles los talones a las camisetas rojiblancas. Boca tuvo un estreno con sus mejores guerreros óptimo para el futuro. River perdió los dos encuentros de verano que jugó, le resta disputar ante Estudiantes el duelo por el Triangular y luego vendrá la revancha ante el Xeneize, esta vez con sede en Mendoza, el día 2 de febrero en el mismo horario que anoche (22.15 de la Argentina). El Millonario sintió la presión de Boca, no supo como refutar una Mentalidad Ganadora, con una cabeza certera, letal, decisiva, como la que tiene Martín Palermo sobre sus hombros. 37 años, toda una leyenda del fútbol argentino que posee la capacidad de resolver todo lo que puede tardar con los pies en un santiamén con su "testa", la que lo hace pensar cada jugada y ejecutarla como tremendo goleador de raza. Por ese camino inicia Boca el año, refrescándose los pies en el Mar y llevando al equipo la frescura de los grandes tiempos.

Boca: Javier García (8); Juan José Calvo (6), Matías Caruzzo (7), Juan Insaurralde (5), Clemente Rodríguez (6); Cristian Chávez (6), Diego Rivero (6), Leandro Somoza (5), Nicolás Colazo (7); Pablo Mouche (7), Martín Palermo (8)DT: Julio César Falcioni.

River: Juan Pablo Carrizo (6); Paulo Ferrari (4), Alexis Ferrero (4), Jonatan Maidana (4), Adalberto Román (4); Josepmir Ballón (5), Matías Almeyda (5), Roberto Pereyra (6); Manuel Lanzini (6), Erik Lamela (7); Mariano Pavone (5). DT: Juan José López.

6 de enero de 2011

Día de Burros

Ortega fue separado del plantel profesional de River, porque no va a ser tenido en cuenta para este semestre y tiene libertad de acción para irse a otra institución. En tanto, a Rivero se le abren las puertas para llegar a Boca por un "trueque" entre los dirigentes Carlos Abdo y Juan Carlos Crespi. Matías Giménez pasará al Cuervo y el Burrito será parte del plantel de Falcioni en las próximas horas.

Ortega, gracias por todo.

Qué cosa rara es esto de los negocios del fútbol. Hoy tenés el lugar asegurado. Sos el ídolo indiscutido del club, por la gente, los dirigentes y la prensa. No pasás por tu mejor momento personal y profesional, pero seguís siendo ese crack, ese hombre que marca diferencias en cualquier cancha, en cualquier minuto y en la jugada en la que se lo proponga hacerlo. Eso es, fue y a pesar de todo será Ortega para River. Un tipo que se ganó el corazón de todos por su gambeta cortita, sus enganches, su remate, su polenta, su talento y su carisma dentro del césped. Hoy, un día en que los Reyes Magos suelen traer las buenas nuevas, para River, o mejor dicho para Ariel, fue el peor regalo que le podían hacer.

El jujeño fue apartado del plantel y es un jugador transferible en esta pálida realidad económica del Millonario (ya no tiene nada de ese apodo). Hasta ayer, el más querido y pedido por la hinchada, hoy ya es reciclable, o descartable. Increíblemente, después de tantos títulos que el 10 le dio a River en los años mozos de los 90 y mas cerca en el tiempo, se va sin pena y con menos gloria aún en un equipo que está en pleno rearmado, que no consigue refuerzos (no hay plata por ningún lado) y que encima se da este lujo. La dirigencia no cuenta con recursos para traer a un jugador que ocupe tamaño espacio vacío ¿Apostarán a la explosión definitiva de Diego Buonanotte?. No estaría mal que piensen en el desarrollo del joven enganche de voz fina, aunque no es manera de hacer irse del club a uno, por no decir el último, de los ídolos que dejó la Institución vigentes (junto con Almeyda). Otras opciones para cubrir el puesto son las de Lamela y Lanzini, más purretes que el propio Diego Mario, pero con la espectativa de hacer grandes cosas para mejorar aún mas el 4º puesto del Apertura pasado.

Es de público conocimiento los tremendos dramas que sufre Ortega cada vez que sale del verde césped. Sumergido en esa maldita enfermedad que no le permite curarse de forma terminante, Ariel ya no puede excusarse más ante este club que lo ha albergado y que en su momento ha priorizado su salud por encima de lo deportivo. Hoy se olvidaron de eso. Por un lado Ortega se abusó de las oportunidades brindadas y este último episodio que ocurrió el día lunes, otro faltazo a los entrenamientos por una intoxicación con comida chatarra en Disney, termina por rebalzar el vaso de la paciencia. Sin embargo, River no debería dejarlo ir, y menos de esta polémica y repudiable forma. Pasarella viajó de urgencia a Buenos Aires (estaba en Uruguay) para terminar de resolver esta situación para un lado o para el otro. Juan José López ya dio su veredicto.

¿Ortega pensará en quedarse en Argentina... o en irse? 

Con 36 años en su haber, Ariel Arnaldo va a querer seguir vistiendo alguna camiseta importante en el fútbol argentino. San Lorenzo puede ser una variante en la teoría (además tiene la "suerte" de incorporar seis jugadores, por dos lesiones graves de dos futbolistas), porque está Ramón Ángel Díaz como mandamaz del Matador de Boedo y porque no deja de ser un grande de nuestro fútbol. Habrá que ver si Gimnasia hará algún intento por traerlo a las ordenes de Cappa, que ya lo tuvo en el plantel, pero que pocas veces con él fue titular. Aunque queda claro que si se suma al Lobo, los objetivos no será nada similares a los del Cuervo y su hasta ayer club River Plate. También pueden surgir ofertas de afuera (Universidad de Chile ya quiere desembolsar 300 mil dólares por un prestamo. Parece poco), pero hay que consultar si el Burrito tiene ganas de emigrar a otro país.

Sólo resta esperar el paso de las horas para saber en que punto de este planeta futbolero va a parar el talento del ídolo más importante de los últimos tiempos en River. La gente lo va a extrañar y seguramente estará en contra de esta decisión tremenda y sorpresiva. Es cierto que en algún momento el cordón se tenía que cortar, pero a los ídolos no se los mancha.

Rivero a la Ribera

Rivero puede ser la primera incorporación para el plantel de Julio César Falcioni. Abdo, presidente de San Lorenzo de Almagro, confirmó en estas últimas horas el "canje inminente" entre Boca y el Ciclón (se comunicó con Juan Carlos Crespi, vice del club de la Ribera), que sería de la siguiente manera. Rivero, que ya sabe de su exclusión del plantel profesional del Cuervo, pasaría al Xeneize, y éste a cambio cede a Matías Giménez para que el ex Tigre esté a las ordenes de Ramón Díaz en los días venideros.

El Burrito tuvo un año con altibajos, tratando de remontar una mala imágen que el hincha tenía para con él. Lo hizo, remontó el barrilete con grandes actuaciones, goles (golazos en algunos casos), esfuerzo y entrega para ganarse el mimo de la gente. Luego, hubo un stand by en su rendimiento, porque el riojano no lo puso de titular en algunos encuentros y le perdió el gustito a los buenos rendimientos. Pasó de ser pieza clave a uno más del montón.

Por eso, sus ganas de llegar a Boca. No era de los principales o de esa lista de 4 o 5 que dio Falcioni para reforzar el equipo. Pero la dirigencia, ni lerda ni perezosa en tratar de abrochar algo para este 2011, se inclina por esta opción de tener los servicios de un Burrito olvidado. Como el otro, pero en este caso con una despedida anunciada desde mediados de campeonatos, cuando el Falcon de Ramón empezó a fallar en los cambios, la aceleración y el despliegue.

En cuestión de horas todo puede definirse para que se haga el traspaso de los dos jugadores. San Lorenzo, ya tendría en su poder a 4 nombres: Giancarlo Carmona (fue el primero en llegar), Pablo Velázquez, Jonatan Ferrari y Matías Giménez. Todavía buscarán a Salgueiro para que sea una de las cartas de ataque del conjunto Santo. Por otra parte, en Boca piensan en el arribo cuanto antes de Leandro Somoza, además de los intentos por traer a Walter Erviti y la última carta estaría puesta en algún delantero. Lo de Cvitanich parece muy complicado hoy en día. Lo de Guiñazú, con la pronta y sencilla llegada de Rivero, parece quedar en la nada misma.

Ortega y Rivero. Ariel y Diego. Una historia con final previsto y rápida resolución de destino futbolístico. La otra, con pena, con tristeza y la melancolía de los buenos tiempos. Burritos en fuga, capítulo 1, esta historia continuará...